Caminos hacia la formación política
Esta entrada busca proponer una discusión y justificar una posible salida dentro de varias: ¿Cuáles son los caminos validos para la formación política? Yo considero que la única respuesta válida a esta pregunta es un criterio negativo, es decir, de acuerdo con el Consenso de Beutelsbach, un camino válido para la educación política es cualquiera que evite el adoctrinamiento. (Para enterarse sobre qué es el mencionado consenso y cuáles son las formas en que puede contribuir a la consolidación de la formación política en Colombia, ver aquí una interesante columna de El Espectador).
Comencemos con una definición preliminar y muy amplia de adoctrinamiento: se trata de una práctica educativa que tiene como objetivo limitar la autonomía de un individuo por medio de la consolidación de una serie de prácticas y creencias determinadas. Los objetivos del adoctrinamiento pueden ser múltiples, no necesariamente son políticos. Puede haber adoctrinamiento religioso, adoctrinamiento moral o adoctrinamiento estético, todo depende de los objetivos y los resultados ulteriores de una serie de prácticas educativas.
Así las cosas, ¿qué es la autonomía?
La autonomía es la capacidad que tiene un individuo para determinar por su propia cuenta y bajo sus propios criterios un determinado curso de acción. La autonomía es una capacidad muy valorada en Occidente por cuanto nuestra cultura reconoce que los intereses del individuo no se encuentran enfrentados necesariamente con los fines de la sociedad, sino que solo son posibles como resultado de una experiencia social previa. Dicha experiencia social es el resultado de la confrontación de una serie de contenidos transmitidos (cultura) con lo inabarcable que surge en las situación concreta del cuerpo del individuo: la experiencia social es la diferencia que surge en un encuentro con lo contingente. En ese orden de ideas, las decisiones que tomamos son respuestas frente a lo inmanejable, lo imprevisible. Autonomía es la resolución de la diferencia como un campo abierto de posibilidades.
En ese orden de ideas, el individuo y sus decisiones no son más que una expresión concreta de un acerbo cultural previo en el que ha crecido, gracias al cual tiene elección, que tiene lugar en una situación de indeterminación que es posible en la emergencia de lo diferente. La autonomía es un hecho social que solo es posible como una respuesta individual a lo inabarcable. Esto significa que un acto autónomo llama a la responsabilidad y al cuidado y no al control y al poder, aunque bien es cierto que estos últimos caminos sigan siendo posibles; lo que acrecienta el llamado a la responsabilidad y el cuidado.
¿Qué significa una limitación a la autonomía?
Siguiendo este orden de ideas, la limitación a la autonomía no puede ser más que la eliminación de la diferencia. La decisión autónoma es resultado de un encuentro con lo inmanejable cuando se experimenta como tal; entonces, es posible ocultar una experiencia deliberadamente para eliminar la oportunidad de la autonomía. Existen muchas maneras de hacer esto: desde ocultar deliberadamente información hasta corroer las herramientas hermenéuticas que hacen posible que lo diferente surja como tal. No obstante, el asunto no es primordialmente una cuestión de método, sino una coordinación de conocimientos, prácticas e intenciones (explícitas e implícitas) que tienen como resultado un individuo adoctrinado. El adoctrinamiento, entonces, es la incapacidad de experimentar lo contingente y lo diferente como tal: es la insensibilidad ante lo inesperado.
Los caminos validos para la formación política son aquellos que no cierren la puerta a la diferencia y a la contingencia propia de nuestra realidad, es decir, aquellos que complejicen nuestra comprensión del mundo. En ese orden de ideas, tanto las guías educativas, los libros sobre educación y política, los videos explicativos, el conocimiento de la historia, la filosofía, el conocimiento del espacio y de la sociedad, entre otros, son vías válidas para la formación política en la medida en que son desarrollos de la contingencia y la diferencia.
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